Bolivia dividida: entre el apoyo a Evo Morales y una oposición en huelga

Los resultados que confirmaron una nueva reelección del actual Presidente tuvieron un efecto derrame de incertidumbre política y social trasladado a las principales ciudades del país.

ACTUALIDAD 29/10/2019

El domingo 20 de octubre hubieron elecciones en Bolivia. Cuatro días después se conocieron los resultados a partir de los cuales Evo Morales obtuvo su tercera reelección como Presidente, algo que posibilitará su consolidación por cinco años más en el Palacio de Gobierno (2006 - 2025). 

Una parte de la sociedad considera que este proceso fue transparente y otra que hubo fraude. Es por esto que el país está fracturado y transita hace una semana entre huelgas generales convocadas por una oposición hacia la figura de Evo y movilizaciones en apoyo al Presidente del Estado Plurinacional. 

En una América Latina que de manera estructural y particular transita momentos de mucha incertidumbre, se sumó el caso del Estado Plurinacional de Bolivia y su futuro político-social post elecciones generales.

En la novena elección desde que Bolivia recuperó su democracia en 1982 (votando en el año 1985 por primera vez), la del domingo 20 de octubre era la primera vez que Morales, quien asumió el 22 de enero de 2006, podía no obtener el respaldo necesario para ganar en primera vuelta. 

El desgaste propio de estos 14 años, en adición al pisoteo del referéndum (“21-F”) que imposibilitaba su candidatura y la falta de renovación de las primeras líneas de su partido (MAS -Movimiento al Socialismo) eran los puntos que buscaban ser capitalizados por Carlos Mesa, candidato de la alianza opositora Comunidad Ciudadana.

Y si las denuncias de fraude se planteaban en la previa de las elecciones, la falta de transparencia y agilidad en el conteo provisorio y la final comunicación de los votos contribuyó al escenario donde hoy estamos parados. 

Un oficialismo que dice “no entender” a quienes no reconocen el triunfo y movilizan a su gente por un lado, en tanto que por el otro, una oposición que desconoce los resultados y continúa con una huelga general que altera el normal funcionamiento del país. 

Las protestas a favor y en contra están escalando preocupantemente en sus niveles de violencia y al momento, si bien el vicepresidente Álvaro García Linera anunció que ya se trabaja en cómo se implementará la auditoría de los votos respaldada por la ONU, no parece haber una salida clara sobre este escenario. 

 

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