Pánico y shock entre los pasajeros que abandonan el aeropuerto de Bruselas

El relato de los que se disponían a tomar un vuelo esta mañana habla de polvo, humo y el ruido de explosiones.

ACTUALIDAD 22/03/2016

Los terroristas golpean las infraestructuras de Bruselas. Una procesión silenciosa en la que a veces se adivinaban lágrimas abandonaba esta mañana el aeropuerto de Bruselas-Zaventem tras la doble explosión que se ha producido en el área de salidas poco antes de las ocho de la mañana, después de que según la Fiscalía belga "probablemente" un suicida se hiciera estallar. La cadena de ataques terroristas, que ha afectado también al metro, ha causado ya más de una veintena de muertos (al menos 11 de ellos en el aeropuerto) y decenas de heridos en la capital belga.

Los testimonios de los pasajeros que se disponían a tomar un vuelo coinciden en hablar de dos fuertes explosiones seguidas de nubes de polvo y humo. Entre los que han dejado la zona, Jean Fanck, de Benin, que había ido al aeródromo a acompañar a un amigo: "Lo he perdido de vista, he oído las explosiones y he salido corriendo. He tirado mi abrigo y mi mochila", dice mientras tiembla de frío junto al cordón policial.

Dos estudiantes de enfermería que partían de viaje de estudios a Lisboa recorrían a pie el camino que separa el aeropuerto de la carretera, donde esperaban ser recogidas. "Hemos oído dos fuertes explosiones y salir polvo y humo. Una compañera nuestra se ha ido en ambulancia herida en una pierna", han afirmado aún asustadas. En un momento se han detenido y el horror ha aparecido en la cara de una de ellas mientras miraba la pantalla de su móvil: "¡En el metro también!", ha dicho en referencia a los ataques en el suburbano bruselense.

Los accesos al aeropuerto han sido cerrados al tráfico de coches y trenes y la zona del aeropuerto ha sido tomada por las fuerzas de seguridad después de que el Gobierno decretara el nivel máximo de alerta en la ciudad. Algunos vuelos que se aproximaban al aeropuerto han sido desviados al de Lieja, que habitualmente recibe aviones de mercancías, y el otro aeródromo de Bruselas, el de Charleroi, ha reforzado su seguridad. Las autoridades han habilitado autobuses para trasladar a los pasajeros afectados al centro de la ciudad y un polideportivo para alojarlos temporalmente. El ruido de sirenas de pollicía y ambulancia es incesante.

El estadounidense Jeff Lasomer, que se dirigía a San Antonio (Texas) junto a su esposa y su hija para ver nacer a su nieta, quedó atrapado en el atasco que se formó después de que la policía cerrara los accesos. Es militar y ha estado destinado en Afganistán y la exYugoslavia. "Estábamos a punto de llegar cuando hemos visto a un coche policial cerrar el tráfico justo delante nuestra", cuenta.

Entre los pasajeros que se encontraban en el aeropuerto también había españoles. El zaragozano Eneko Igartua, de 25 años, se disponía a tomar un vuelo a Barcelona cuando se produjo el ataque. Solo había estado en Bruselas un día, invitado a un evento relacionado con su trabajo de consultor. Su vuelo debía salir ayer, pero se lo cancelaron. "Me disponía a embarcar cuando nos evacuaron. No he visto ni he oído nada", afirma.

Las explosiones se producen tres días después de la detención en Bruselas del yihadista Salah Abdeslam, huido tras los atentados del 13 de noviembre en París, que provocaron 130 muertos.

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