Lo ocurrido este domingo en las elecciones generales profundizó la deserción electoral de la gente, provocando “el mayor ausentismo desde el retorno de la democracia”, con el 67,9% de participación, pese a que el voto era obligatorio. La cifra marca un nuevo récord desde el retorno de la democracia.
El Gobierno, a principios de semana, estimaba que la participación se iba a ubicar “en torno al promedio histórico, entre el 70% y 75% del padrón electoral”, revirtiendo la caída anticipada por las elecciones provinciales.
Las cifras, sin embargo, marcaron “el peor registro histórico desde el retorno de la democracia, superando a las elecciones parlamentarias de 2021”, cuando había votado el 71,7% del padrón.
En tanto, el debut de la Boleta Única de Papel (BUP) en elecciones nacionales fue exitoso, celebrado tanto por la Justicia Nacional Electoral como por funcionarios del gobierno de Javier Milei. La instrumentación de la BUP “superó las expectativas”, afirmó la Cámara Nacional Electoral.
Además, la Cámara recordó que desde el año 2007 impulsa su implementación, entendiendo que “garantiza la oferta electoral, pone en igualdad de condiciones a las agrupaciones políticas y permite la libertad de elección de la ciudadanía”.
Este domingo, casi un tercio de la gente en condiciones de votar decidió no hacerlo. A las 12 horas había votado solo el “23% del padrón electoral”, frente al 30,5% de 2021. Luego, a las 15 horas, esa brecha se amplió, con una participación del “41,7%, frente al 51% de 2021”. Y cerró con una participación del “67,9%, frente al 71,7%”, de esas elecciones parlamentarias en las que se había registrado el anterior récord de ausentismo electoral.
“Hay un mensaje directo a la clase política, de fastidio, desencanto, desconfianza, hartazgo y rebelión”, dijo a Clarín Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral, quien había anticipado esta baja participación electoral. El especialista de la Universidad Austral agregó que “la ciudadanía no está cansada ni de las elecciones ni de la democracia. Está enojada con la dirigencia política y saturada de sus fallas y les está dando un mensaje que hasta el momento la política no atiende ni entiende”.