Brasil superó las 300.000 muertes por coronavirus

Brasil superó este miércoles las 300 mil muertes por coronavirus desde que registró su primer caso, hace casi trece meses, el 26 de febrero de 2020, informó el consorcio de medios de comunicación, que utiliza una estadística paralela a la del Ministerio de Salud brasileño.

Según el reporte, son exactamente 300.015 fallecidos. El análisis recoge directamente los datos de decesos y contagios en las secretarías de Salud de los 27 estados de la nación. 

Los análisis de las defunciones por la pandemia revelan que hay 100 mil víctimas contabilizadas en solamente dos meses y medio, mientras que las primeras casi 200 mil se dieron después de cerca de once meses.

El registro de los 300 mil decesos se produjo un día después de que el país contabilizara 3.251 muertes el martes, hasta ahora el mayor número en un día desde el comienzo de la pandemia.

El récord de ayer, muy por encima de las 2.841 defunciones registradas el martes de la semana pasada, que era hasta ahora el mayor, elevó el promedio de fallecidos en la última semana hasta 2.436 diarios, que también es el mayor desde el comienzo de la pandemia.

El promedio de contagios en la última semana también fue récord el martes, con 76.545 casos diarios, lo que elevó el total de infectados a casi 12.2 millones.

Más tarde, un boletín divulgado por la Conass, el foro que reúne a las secretarías de Salud de los 27 estados del país, indicó que Brasil acumula 300.675 muertes por Covid-19. 

Colapso sanitario

El aumento de los contagios y las muertes tiene a gran parte de Brasil al borde de un colapso hospitalario, ya que en 25 de los 27 estados del país la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) supera el 80 por ciento, y provocó una preocupante escasez de las medicinas necesarias para intubar a los pacientes y del oxígeno para los mismos.

La crítica situación de los hospitales ha obligado a las autoridades de diferentes municipios y regiones del país a adoptar estrictas medidas de restricción de la movilidad para intentar contener el avance del virus y reducir la presión sobre el sistema sanitario.

Algunos de los estados más poblados de Brasil, como Sao Paulo y Río de Janeiro, adoptaron severas medidas para frenar los contagios y decretaron un festivo que se extenderá por toda la próxima semana, en la que estará prohibido el funcionamiento de todas las actividades, con excepción de las esenciales.

Pese a la situación, el presidente Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña, sigue negando la gravedad de la pandemia, asegura que el país es un ejemplo en el manejo de la misma y llegó a acudir a la Corte Suprema para intentar limitar el poder de los mandatarios regionales para imponer restricciones.