Emiliano Sozzo: “Las personas privadas de la libertad no suelen ser escuchadas”

El docente investigador en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Catamarca disertó en el taller “Problemas actuales en la prisión”.

ACTUALIDAD 24/05/2024
TALLER PROBLEMAS ACTUALES EN LA PRISIÓN

El docente investigador Máximo Emiliano Sozzo disertó ayer en el taller “Problemas actuales en la prisión”. La actividad se llevó a cabo en el Salón Auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Catamarca. En la oportunidad, estuvo presente el ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Fernando Ávila; el decano de la Facultad de Derecho, Gonzalo Salerno, docentes, estudiantes, funcionarios del Poder Ejecutivo y magistrados del Poder Judicial.

Sozzo es docente investigador de la Universidad Nacional del Litoral y especialista en la sociología de la prisión, con interés en la reforma de la Justicia Penal.

El disertante advirtió que la temática de los “problemas actuales en la prisión” es poco frecuente en las facultades, dado que no aparece mucho en la currícula. Para el profesional, hay un desbalance, dado que se aborda mucho sobre la teoría del delito y poco sobre el contexto de encierro. “La prisión es la pena reina. Hegemoniza la idea de pena. Es la imagen de la privación de la libertad”, remarcó.

El especialista contó la historia de la prisión como institución, desde finales del Siglo XVIII y la evolución hacia la actualidad. “La prisión nació para ‘corregir a las personas que cometen delitos’, ‘la rehabilitación’ y la ‘inserción social’ para transformar a un individuo. El objetivo es la transformación con discursos y prácticas. Además, surgió con el propósito de aprender un oficio y realizar una tarea productiva. “El trabajo produce moral y es un método para aprender un oficio. Así, salían con saberes y tenían más probabilidades de trabajo”, remarcó.

Otro de los propósitos con el que fue creada la prisión fue para educar. Aprendían lengua y matemáticas y también sobre religión. La educación es entendida como un derecho y los presos pueden hacer uso de ese derecho.

Con el correr del tiempo, a mediados del Siglo XIX comenzó a surgir la flexibilización del encierro. “La libertad condicional es un incentivo para hacer bien las cosas. En Argentina tiene una salida práctica. Es un instrumento para conseguir orden”, señaló.

“Se debe entender cómo funciona la lógica penitenciaria para intervenir y entender cómo es la vida. Es difícil experimentar la prisión. Las personas privadas de la libertad no suelen ser escuchadas. En el mundo de la prisión es muy importante el tema de la desigualdad. La injusticia siempre está”, aseguró.

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