Una investigación reciente arrojó luz sobre un incremento sostenido en los casos de depresión y ansiedad que afectan a niños y adolescentes en los últimos años. Los hallazgos, publicados en la edición del 21 de abril de la revista JAMA Pediatrics, subrayan una creciente preocupación por la salud mental en la población juvenil.
El estudio, basado en datos de la Encuesta Nacional de Salud Pediátrica, financiada por la Administración Federal de Recursos y Servicios de Salud, reveló un aumento significativo en la prevalencia de la ansiedad. En 2022, más de uno de cada diez niños (un 10.6 por ciento) experimentó ansiedad, lo que representa un aumento considerable en comparación con el 7.1 por ciento registrado en 2016.
De manera similar, la depresión entre los niños también experimentó un incremento durante el mismo período, pasando de un 3.2 por ciento en 2016 a un 4.6 por ciento en 2022, según los resultados del análisis.
Marie Heffernan, investigadora principal y profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, enfatizó la urgencia de abordar esta problemática. “Nuestros hallazgos subrayan la necesidad crítica de priorizar la salud mental de los jóvenes, que siguió empeorando incluso cuando salimos de la pandemia”, señaló en un comunicado de prensa.
La investigadora también destacó la importancia del apoyo tanto para padres como para las instituciones educativas. “Los padres y las escuelas necesitan más apoyo para estar mejor equipados para ayudar a los niños que sufren de ansiedad o depresión”, añadió Heffernan.
Un dato interesante que surgió del estudio es la disminución de ciertas enfermedades físicas en niños durante el mismo lapso en que aumentaron los trastornos del estado de ánimo. El asma se redujo de un 8.4 a un 6.5 por ciento entre 2016 y 2022, y los dolores de cabeza intensos o migrañas disminuyeron de un 3.5 a un 2.6 por ciento. Por otro lado, los problemas de conducta se mantuvieron relativamente estables, alrededor del 7 por ciento.
La Dra. Michelle Macy, médica de medicina de emergencias del Hospital Pediátrico Ann & Robert H. Lurie de Chicago y también investigadora principal, resaltó la necesidad de una mayor investigación para comprender las causas de este aumento. “Se amerita una atención y recursos continuos a nivel nacional para aclarar y abordar la multitud de causas potenciales del empeoramiento de la ansiedad y la depresión en los niños y adolescentes”, afirmó en un comunicado de prensa.
El Hospital Infantil de Filadelfia enumeró algunos de los síntomas que pueden indicar un trastorno del estado de ánimo en niños, incluyendo estados de ánimo tristes, deprimidos, irritables, enojados o inusualmente elevados e intensos, fricción familiar, falta de motivación o placer en actividades previamente disfrutadas, cambios en los patrones de sueño o alimentación, molestias físicas frecuentes como dolores de cabeza o fatiga, y dificultades en el rendimiento escolar.
Este estudio pone de manifiesto la creciente crisis de salud mental que afecta a la población infantil y adolescente, instando a una mayor atención y recursos para comprender y abordar este preocupante fenómeno.