León XIV inició su pontificado con un llamado a la unidad y un recuerdo a Francisco

En su primera misa como Sumo Pontífice, Robert Francis Prevost, ahora León XIV, dirigió un mensaje de unidad al Colegio Cardenalicio y recordó a su predecesor, el papa Francisco. Durante la homilía, el nuevo líder de la Iglesia Católica alertó sobre los peligros que representa la crisis de fe ante el avance del “dinero, el poder o el placer”.  

“Me llamaron para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión”, expresó León XIV, solicitando a los cardenales que lo acompañen en su camino. “Quiero que ustedes caminen conmigo porque somos Iglesia, una comunidad que debe anunciar la Buena Nueva”, afirmó en inglés, siendo el primer Papa estadounidense en la historia.  

En su discurso, León XIV deploró el declive de la fe en favor de valores materiales, instando a la Iglesia Católica a ser un “faro que ilumina las noches del mundo”. Además, rechazó la reducción de la figura de Jesús a un mero “líder carismático o a un superhombre”, un mensaje que resonó como una advertencia hacia ciertas corrientes cristianas evangélicas.  

La elección de Robert Francis Prevost, un estadounidense de 69 años con raíces peruanas, se produjo el jueves 8 de mayo, sucediendo a Francisco como líder de 1.400 millones de católicos. Adoptó el nombre de León XIV en homenaje a León XIII, creador de la doctrina social de la Iglesia.  

Tras su elección, León XIV realizó un “llamado a la paz” para “todos los pueblos” y agradeció a Francisco por su legado. “¡Gracias al Papa Francisco!”, exclamó.

Los próximos compromisos del nuevo pontífice incluyen la bendición Regina Coeli el domingo desde el balcón de la Basílica de San Pedro y una audiencia con la prensa el lunes. Su investidura oficial, con una misa ante líderes mundiales, se llevará a cabo en una fecha aún por determinar.  

Expertos señalan que la elección de León XIV representa una continuidad con el legado de Francisco, aunque se espera un enfoque más formal. Su decisión de volver a vestir de manera tradicional fue interpretada como un gesto hacia el ala conservadora de la Iglesia, mientras que su discurso inicial evidenció una clara inclinación social y un compromiso con los migrantes, postura que podría generar tensiones con el gobierno estadounidense.