Vendarse la boca para dormir: ¿Solución milagrosa o riesgo innecesario?

En el vertiginoso mundo de las redes sociales, una nueva moda capturó la atención de quienes buscan optimizar su descanso: el mouth taping, o vendaje bucal. Esta práctica, que consiste en colocar una cinta adhesiva sobre los labios al dormir, se promocionó como una solución efectiva para combatir los ronquidos y mejorar la calidad del sueño, especialmente en el contexto de la creciente tendencia del “sleep maxing”. Sin embargo, la llamativa imagen de personas durmiendo con la boca sellada generó interrogantes sobre su seguridad y eficacia, llevando a expertos a alzar la voz sobre la falta de sustento científico detrás de esta práctica viral.

Sebastián López, otorrinolaringólogo especialista en sueño y director médico del Instituto de Enfermedades del Sueño (IES), explicó que el mouth taping o sellado bucal se difundió con el objetivo de “estimular la ventilación nasal, muchas veces desplazada por la respiración bucal” y se promocionó con la promesa de mejorar el ronquido y la calidad del sueño. No obstante, tanto López como otras fuentes consultadas coincidieron en señalar que este método “carece de fundamento científico” y no figura entre los tratamientos médicos aprobados para los trastornos del sueño.

Respecto a la razón detrás de su popularidad en línea, López consideró que estuvo “más impulsada por el mundo del wellness que por evidencia científica robusta”. El especialista ejemplificó cómo figuras públicas como la cantante Katy Perry compartieron su uso para mejorar el sueño, e incluso deportistas de alto rendimiento como la tenista Iga Świątek entrenaron con la boca vendada con la intención de potenciar la respiración nasal. Esta exposición mediática, sumada a la influencia de numerosos influencers, quienes lo promovieron como una cura para los ronquidos o la apnea del sueño, generó preocupación entre los profesionales de la salud debido al “potencial riesgo” que implica su adopción sin una evaluación médica previa.

Si bien la importancia de respirar por la nariz es innegable, ya que permite el ingreso de aire acondicionado y filtrado a los pulmones, además de activar el sistema nervioso parasimpático, mejorar la función cardiovascular y la eficiencia respiratoria, los expertos advirtieron que esto no justifica la adopción indiscriminada del mouth taping. López fue enfático al señalar que “aunque la lógica fisiológica del mouth taping es coherente, no es una técnica universal ni inocua” y que “no hay evidencia concluyente de que esta estrategia, de forma aislada, cure o trate trastornos respiratorios o del sueño”. Además, alertó que “no todas las personas están en condiciones de usarla con seguridad”.

El otorrinolaringólogo aclaró que el mouth taping sí podría utilizarse en contextos terapéuticos específicos, “como parte de un tratamiento integral y guiado por profesionales especializados”, particularmente en el ámbito de la rehabilitación respiratoria y la medicina del sueño, utilizando materiales adecuados como cintas hipoalergénicas y antitranspirantes. Recordó que, si bien ahora ganó visibilidad, no es una técnica nueva y se empleó previamente en el postoperatorio de cirugía nasal o en personas con respiración bucal por hábito sin obstrucción anatómica.

Incluso, López mencionó que podría ser útil para “mejorar el sueño, pero dentro de programas de terapia miofuncional para pacientes con ronquido leve, apneas leves o síndrome de resistencia aumentada de la vía aérea superior (SARVA), especialmente en población pediátrica”, así como en la rehabilitación post-quirúrgica de la vía aérea, en el entrenamiento deportivo para fomentar la respiración nasal y como parte de estrategias de relajación.

Sin embargo, el especialista estableció condiciones cruciales para considerar su uso, incluyendo la ausencia de obstrucción nasal (rinitis, pólipos, desviación septal), no tener trastornos del sueño sin diagnóstico médico, no padecer ansiedad, claustrofobia o despertares abruptos, no tener problemas dermatológicos y no estar cursando enfermedades respiratorias agudas.

Evidencia escasa

Finalmente, López reconoció que “la evidencia disponible es todavía escasa, con estudios pequeños y de calidad variable”, aunque mencionó algunos trabajos preliminares que mostraron “disminución modesta en el índice de apnea-hipopnea, reducción del ronquido y de la sequedad bucal, y mejor percepción subjetiva del descanso”. A pesar de estos hallazgos iniciales, insistió en la falta de ensayos clínicos a gran escala que avalen su uso como tratamiento único o definitivo. Desde su equipo, explicó que utilizan el mouth taping “como herramienta terapéutica dentro de un abordaje integral, siempre con evaluación médica y acompañamiento por una fonoaudióloga especializada”, enfatizando que no es un método aislado, sino “un eslabón” más dentro de un tratamiento más amplio. Además, suelen probar su tolerancia durante el día antes de implementarlo durante la noche.

En conclusión, si bien la promesa de una solución simple para los ronquidos a través del mouth taping puede resultar atractiva, la falta de evidencia científica sólida y los potenciales riesgos asociados a su uso sin supervisión médica hacen imperativo abordar los trastornos del sueño con la guía de profesionales de la salud. Las modas virales en redes sociales no siempre son sinónimo de tratamientos seguros y efectivos, y en cuestiones de salud, la consulta con expertos sigue siendo el camino más responsable.